Los 133 cardenales electores se preparan para el cónclave en la Capilla Sixtina, donde elegirán al nuevo Papa entre un colegio cardenalicio diverso, en su mayoría nombrado por el Papa Francisco. La muerte de Francisco ha motivado discusiones sobre la misión actual de la Iglesia y preocupaciones sobre divisiones internas y globales. Se han delineado características deseadas para el próximo pontífice: cercano, capaz de guiar y unir a una humanidad desorientada. Los últimos preparativos logísticos y de seguridad están casi listos, y el proceso incluirá un juramento de secreto por parte de todos los participantes. El cónclave, presidido por el cardenal Pietro Parolin, se inicia oficialmente tras las palabras “Extra omnes”.
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