En la España de la posguerra, antes de la popularidad del SEAT 600, el Biscúter se convirtió en el vehículo accesible para las clases populares. Fabricado por Autonacional S.A. bajo licencia del ingeniero francés Gabriel Voisin, el Biscúter, conocido también como «la zapatilla» o «el sin-sin», era un microcoche esencial por su austeridad y precio económico. Con un motor monocilíndrico y una tracción simplificada, este pequeño auto era maniobrable a mano y usaba materiales reciclados como aluminio de aviones. No obstante, su reinado como alternativa de movilidad terminó con la llegada del SEAT 600 en 1957, que ofrecía un diseño más completo y fue favorecido por un creciente poder adquisitivo durante el desarrollismo. La desaparición del Biscúter se selló con el cese del suministro de aluminio, que condenó a este vehículo ya obsoleto a salir de las carreteras españolas.
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