La endometriosis, una enfermedad aún envuelta en un velo de desconocimiento, continúa impactando silenciosamente a muchas mujeres en su etapa reproductiva. A pesar de afectar a una de cada diez mujeres, el camino hacia un diagnóstico claro todavía puede extenderse hasta ocho años, sumergiendo a las pacientes en un ciclo de sufrimiento físico y emocional. Este retardo no solo conlleva un dolor crónico y a menudo inmanejable, sino también un riesgo real de infertilidad y un impacto psicológico profundo.
El doctor Juan Céspedes, jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia de la Policlínica Gipuzkoa, señala que muchas mujeres consideran normales los dolores menstruales intensos, a menudo escondiéndolos por vergüenza o desinformación. Sin embargo, la endometriosis se manifiesta cuando el tejido similar al endometrio se encuentra fuera del útero, reaccionando al ciclo hormonal mensual y provocando un dolor mucho más severo que el considerado habitual.
La demora en el diagnóstico se complica más por la falta de formación adecuada en la atención primaria y la histórica normalización del dolor relacionado con la menstruación. Céspedes advierte que la no intervención en el momento oportuno puede llevar a un agravamiento de las lesiones y a un aumento del riesgo de infertilidad, además de añadir una carga emocional al no ser las pacientes tomadas en serio.
Para un diagnóstico preciso, la laparoscopia sigue siendo el método más fiable, aunque se están evaluando alternativas menos invasivas, como biomarcadores en fluidos corporales, ecografías de última generación y el uso de inteligencia artificial. Es vital que las mujeres presten atención a ciertos síntomas alarmantes: si el dolor es incapacitante, no responde a analgésicos, persiste más allá del ciclo menstrual normal o se presenta durante las relaciones sexuales, podría ser signo de endometriosis.
A menudo, esta enfermedad va más allá del dolor físico, planteando serios desafíos reproductivos. Hasta un 50% de las pacientes pueden enfrentar problemas para concebir, lo que hace crucial considerar tratamientos para la preservación de la fertilidad, como la congelación de óvulos y cirugías cuidadosamente planeadas para preservar la función reproductiva.
Un enfoque multidisciplinario es esencial para mejorar la calidad de vida de las afectadas. Incluir fisioterapia del suelo pélvico, una dieta antiinflamatoria, apoyo psicológico y ejercicio adaptado es fundamental. Céspedes subraya la urgencia de integrar una mayor formación sobre la endometriosis en la educación temprana y la formación continua de profesionales médicos, con el fin de acortar el tiempo de diagnóstico y reducir las secuelas de la enfermedad. Enfatiza que el dolor menstrual severo no debe ser visto como una parte normal de la feminidad, sino como un síntoma que merece atención médica seria y urgente.







