El 14 de junio se espera el impacto de una tormenta solar moderada en la Tierra, según el Centro de Predicción del Clima Espacial de la NOAA. Clasificada como G2 en la escala geomagnética, la tormenta se origina en un agujero coronal del sol, permitiendo la liberación de partículas de alta velocidad. Aunque de baja intensidad, podría afectar satélites, comunicaciones y sistemas de navegación, además de provocar auroras inusuales en lugares como Estados Unidos y Alemania. Este fenómeno ocurre durante un pico de actividad solar, parte del ciclo solar 25. La vigilancia constante mejora los sistemas de alerta, vitales para proteger infraestructuras tecnológicas. Históricamente, eventos mayores han tenido significativos impactos, subrayando la importancia del estudio de estos fenómenos.
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