Vender un piso representa una de las transacciones más significativas en la vida, pero también puede convertirse en una fuente de conflictos si no se maneja correctamente. Expertos del sector inmobiliario advierten sobre errores comunes que podrían costar miles de euros incluso después de cerrar la venta.
Uno de los fallos más frecuentes es la falta de transparencia sobre la propiedad. No declarar cargas o deudas puede llevar a reclamaciones legales por parte del comprador. Es crucial que el vendedor presente toda la documentación requerida, como recibos de comunidad y certificados de eficiencia energética, así como datos sobre deudas o embargos.
Además, los propietarios a menudo subestiman la importancia de una correcta tasación del piso. Un precio excesivo puede disuadir a compradores potenciales, mientras que un precio bajo resultará en pérdidas económicas. Un asesoramiento profesional es clave para evitar estos errores.
Los vicios ocultos también son críticos. Problemas estructurales o de habitabilidad descubiertos tras la venta pueden hacer responsable al vendedor, derivando en reclamaciones legales. Por eso, se recomienda una revisión exhaustiva antes de poner el inmueble en el mercado.
La redacción del contrato es otro punto crucial. Usar documentos estándar sin atención a cláusulas específicas puede generar disputas legales. Contar con un abogado especializado asegura que el contrato proteja los intereses del vendedor.
Finalmente, la forma de pago es esencial. Aceptar pagos en efectivo o métodos no convencionales puede conllevar riesgos como fraudes. Lo recomendable es utilizar métodos de pago seguros y documentados, asegurando un registro claro de la transacción.
En resumen, vender un piso es un proceso complejo que requiere atención a numerosos detalles. La precaución y el respaldo de profesionales pueden evitar problemas, garantizando una transacción segura y beneficiosa. La negligencia puede traducirse en reclamaciones, pérdidas económicas y complicaciones legales.
