La Dirección General de Tráfico (DGT) está ultimando una reforma del Reglamento General de Circulación que reducirá drásticamente el límite de alcoholemia permitido para los conductores en España. Esta medida, que propone un límite máximo de 0,2 gramos por litro de alcohol en sangre para conductores generales, busca reducir los accidentes de tráfico y sus trágicas consecuencias, colocando a España entre los países europeos con las normativas más estrictas en esta materia.
Un problema persistente en las carreteras
El año 2024 dejó cifras preocupantes: 1.154 fallecidos en accidentes de tráfico, 1.040 de ellos en siniestros mortales, y más de 4.600 heridos graves que requirieron hospitalización. Aunque no todos los accidentes están relacionados con el consumo de alcohol, este sigue siendo uno de los factores principales en la siniestralidad vial. Según la DGT, el alcohol está presente en hasta el 50% de los accidentes mortales.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, calificó estas cifras como «inaceptables», subrayando la necesidad de «no normalizar la pérdida de vidas humanas en nuestras carreteras». La reducción del límite de alcoholemia es un paso en esa dirección.
¿Qué cambiará con el nuevo límite?
Actualmente, los límites de alcoholemia en España son:
- 0,5 g/l en sangre para conductores generales (equivalente a 0,25 mg/l en aire espirado).
- 0,3 g/l para conductores noveles y profesionales.
Con la nueva normativa, el límite general se reducirá a 0,2 g/l en sangre, una cifra que hace prácticamente incompatible cualquier consumo de alcohol con la conducción. Para los conductores profesionales y noveles, la cifra se mantendría en 0,3 g/l, aunque no se descarta un endurecimiento en el futuro.
En la práctica, este nuevo límite significará que una sola cerveza, copa de vino o cualquier bebida alcohólica podría generar un positivo en un control de alcoholemia. Además, se endurecerán las sanciones, con multas que podrían alcanzar los 1.000 euros y la pérdida de puntos del carné de conducir.
Comparativa europea: un modelo cada vez más restrictivo
Con esta reforma, España se situará a la altura de países como Suecia y Polonia, que también aplican un límite de 0,2 g/l. Sin embargo, sigue siendo menos restrictiva que otros estados europeos como Hungría, República Checa o Eslovaquia, que ya han implementado una política de tolerancia cero al alcohol al volante (0,0 g/l).
País | Límite general (g/l) | Nota |
---|---|---|
España (actual) | 0,5 | 0,3 para noveles y profesionales |
España (propuesta) | 0,2 | Límite más bajo para conductores generales |
Suecia | 0,2 | |
Hungría | 0,0 | Tolerancia cero |
República Checa | 0,0 | |
Polonia | 0,2 | |
Alemania | 0,5 | Más permisivo que España |
Un cambio que afectará a los hábitos sociales
El endurecimiento de las normas tendrá un impacto significativo en la cultura social española, donde compartir una copa de vino o una cerveza es una práctica común en comidas o reuniones. Para muchos conductores, la única opción será optar por bebidas sin alcohol, cada vez más populares, o recurrir al transporte público o privado.
Además, esta reforma también tendrá un efecto preventivo en campañas clave, como las de Navidad o verano, cuando la DGT intensifica los controles de alcoholemia y drogas. El objetivo es claro: reducir los positivos en estos controles, que en la actualidad superan las 100.000 infracciones anuales.
El impacto en mujeres y personas con menor peso
La nueva normativa será especialmente exigente para las mujeres, que debido a diferencias fisiológicas, como una menor proporción de agua en el cuerpo, alcanzan niveles de alcoholemia más altos que los hombres con la misma cantidad de bebida. Esto implica que una mujer podría dar positivo incluso con un consumo menor que el de un hombre.
Lo mismo ocurre con personas de menor peso, que también metabolizan el alcohol de manera diferente, alcanzando niveles más altos en menos tiempo.
Sanciones más duras: hasta 1.000 euros de multa
Con la entrada en vigor de esta reforma, las sanciones por superar el nuevo límite de 0,2 g/l se endurecerán considerablemente. Las multas oscilarán entre los 500 y 1.000 euros, dependiendo del nivel de alcoholemia detectado, y los conductores podrían perder entre 4 y 6 puntos del carné. En casos de reincidencia o accidentes graves, podrían enfrentarse incluso a penas de cárcel.
Además, se reforzarán las campañas de sensibilización y educación vial, con el objetivo de concienciar a la población sobre los riesgos del alcohol al volante.
Una medida necesaria para salvar vidas
El director general de Tráfico, Pere Navarro, ha defendido que «ninguna medida es excesiva cuando se trata de salvar vidas». Según estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la reducción de los límites de alcoholemia está directamente relacionada con una disminución en los accidentes mortales. En países como Suecia, la introducción de un límite de 0,2 g/l redujo los siniestros viales en más de un 15%.
Reflexión final: hacia una conducción más responsable
La propuesta de la DGT marca un antes y un después en la seguridad vial en España, alineándose con un modelo europeo más restrictivo que prioriza la vida y la seguridad en las carreteras. Aunque la medida pueda parecer estricta, sus beneficios a largo plazo son incuestionables.
El mensaje es claro: cualquier cantidad de alcohol puede comprometer la capacidad de conducción. Apostar por alternativas seguras, como las bebidas sin alcohol, el transporte público o designar un conductor alternativo, es un paso necesario hacia una convivencia más segura en las carreteras.
Con este endurecimiento de la normativa, España se posiciona como un referente en seguridad vial, demostrando que la tolerancia cero al alcohol no es solo un objetivo, sino una realidad alcanzable.