La situación inmobiliaria en España sigue siendo crítica, con una falta de construcción de viviendas desde el boom del ladrillo que dejó a muchos jóvenes sin trabajo ni dinero. La actual generación enfrenta un futuro incierto, con una tendencia a no luchar por derechos fundamentales, mientras la precariedad laboral y la corrupción aumentan. Los jóvenes prefieren depender de estructuras políticas que les proveen soluciones superficiales en lugar de buscar estabilidad a través de la propiedad. El desencanto con las políticas actuales se refleja en el creciente apoyo a Vox entre los votantes de 18 a 30 años, quienes ven en este partido una alternativa al discurso dominante. La necesidad de más de 200,000 viviendas al año es crítica, pero la falta de voluntad política para liberalizar el suelo agrava el problema, perpetuando un sistema que favorece el control estatal sobre la propiedad privada.
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España: Entre Propietarios y Presidiarios, un Análisis Contemporáneo
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