La Armada Española ha encargado a Navantia un estudio de viabilidad para construir su primer portaviones convencional, capaz de operar aviones tomando y despegando desde una pista. Hasta ahora, los buques de la Armada, como el Juan Carlos I, solo admiten aviones de despegue vertical, lo que limita las opciones al F-35B estadounidense. Este nuevo portaviones permitiría diversificar modelos aeronáuticos, incluyendo el F-35C o el Rafale M europeo. El estudio definirá detalles técnicos del buque, estimado en 40,000 toneladas y con capacidad para 30 aeronaves. La decisión final dependerá del apoyo gubernamental y la financiación podría provenir del 2,1% del PIB destinado a defensa. Se estima que su desarrollo tardaría entre 10 y 15 años. Además, la Armada enfrenta la necesidad de sustituir sus Harrier AV8B y espera el lanzamiento inminente de programas del Plan Industrial de Seguridad y Defensa.
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