La totalidad de la península ibérica sufrió un apagón masivo, mientras que los sistemas insulares permanecieron operativos. Red Eléctrica calificó el evento como «absolutamente excepcional y extraordinario», subrayando la rareza de una interrupción de esta magnitud. Las causas del incidente aún están bajo investigación, pero destaca su impacto significativo en el suministro energético peninsular, contrastando con la estabilidad en las islas.
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