España ha incrementado su dependencia del gas natural licuado (GNL) de Rusia, alcanzando un 34% del consumo total entre enero y agosto, frente al 28% del mismo periodo del año anterior, según el Centro de Investigación de Energía y Medio Ambiente (CREA). A pesar de los llamados de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, para reducir las compras de gas ruso, las importaciones han crecido, beneficiando a empresas como Naturgy y Repsol. No obstante, en términos de volumen, las importaciones han disminuido un 6,5% debido a una caída en el consumo de gas para generar electricidad. Enagás confirma que Rusia es ahora el segundo proveedor de gas de España, superando a Estados Unidos. Mientras Bruselas sigue aprobando sanciones contra Rusia, España ha implementado restricciones para limitar las exportaciones de gas ruso desde sus puertos. A nivel europeo, la falta de acuerdo para vetar la compra de gas ruso ha limitado el impacto económico sobre Rusia, aunque sus ingresos por exportaciones de energía han disminuido.
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