En un complejo cambio geopolítico, la reciente alianza entre Donald Trump y Vladimir Putin ha desestabilizado el apoyo occidental a Ucrania, mientras Francia y Reino Unido intentan reorientar sus estrategias de defensa. Emmanuel Macron, presidente de Francia, y el primer ministro británico, Keir Starmer, se esfuerzan por convencer a Trump de la gravedad de la agresión rusa en un contexto donde EEUU muestra una postura más aislacionista. La propuesta de enviar 30,000 soldados europeos a Ucrania evidencia el intento de garantizar seguridad y disuasión en la región, mientras Polonia evalúa su rol estratégico ante la preocupación por la imprevisibilidad de Trump y el fortalecimiento militar de Rusia. Macron insiste en la importancia de una paz duradera que respete la soberanía ucraniana, mientras se subraya la necesidad de una Europa más autónoma militarmente y preparada para responder a las amenazas emergentes.
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