El expresidente boliviano Evo Morales encabezó una multitudinaria marcha en La Paz como muestra de fuerza contra su exclusión de las elecciones de agosto. Miles de seguidores, principalmente campesinos, se congregaron en la capital para exigir su inscripción como candidato, colapsando el tráfico y enfrentándose a la Policía cerca del Tribunal Electoral. Morales, impugnado por una decisión constitucional que limita las reelecciones, busca un partido que lo represente tras perder el control del Movimiento al Socialismo. Las tensiones internas en el partido y entre Morales y el actual presidente Luis Arce, junto a amenazas judiciales contra posibles aliados políticos de Morales, complican su candidatura. La movilización, que generó disturbios y heridos, es vista por sus seguidores como una advertencia de que el pueblo no aceptará su exclusión, planteando un desafío tanto para el Gobierno como para el sistema electoral del país.
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