Czeslaw Kukuczka, un bombero polaco de 38 años, protagonizó un incidente en la embajada polaca en Berlín oriental al intentar obtener documentos para viajar al oeste. Kukuczka usó la falsa amenaza de llevar explosivos en su maletín como medida desesperada para presionar por su solicitud. El suceso subraya las tensiones propias de la Europa dividida de aquellos tiempos, donde las restricciones de movimiento y la desesperación individual frecuentemente conducían a situaciones límite.
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