El sacerdote E.G.G., quien en su momento tuvo importantes responsabilidades dentro de la Iglesia de Madrid bajo la tutela del cardenal Rouco Varela, ha sido acusado de abusar sexualmente de mujeres adultas durante la práctica de exorcismos. Las víctimas han relatado que el cura argumentaba que el demonio residía en sus cuerpos, específicamente en zonas íntimas, para justificar los abusos. Aunque se han realizado denuncias informales, hasta la fecha no se han iniciado procesos penales, dejando a las víctimas sin justicia.
La diócesis de Madrid trató de que el Vaticano sancionara al sacerdote por sus prácticas de "pseudo misticismo". Sin embargo, no se logró una condena formal debido a la falta de pruebas y la dificultad de establecer vulnerabilidad en el caso de adultos. El Vaticano permitió al cardenal José Cobo limitar las actividades del sacerdote, prohibiéndole realizar exorcismos y dirigir espiritualmente a personas, pero sin apartarlo completamente de sus funciones eclesiásticas.
Esta respuesta ha enfurecido a las víctimas, quienes sienten que no se les reconoce como tales ni se condenan los actos como abusos sexuales. – Catedral de la Almudena.
Las víctimas, apoyadas por el programa Repara de la diócesis de Madrid, se encuentran profundamente afectadas por la falta de acción concreta contra el sacerdote. Las declaraciones oficiales de la diócesis mencionan "conductas imprudentes" e "inapropiadas", pero en ningún momento califican los actos como abusos sexuales, lo cual deja a las víctimas en una situación de desamparo y sin posibilidad de recibir una compensación adecuada. La Iglesia ha propuesto un proceso de "justicia restaurativa", pero hasta el momento no ha habido un reconocimiento explícito de los abusos.
A pesar de las restricciones impuestas, E.G.G. sigue siendo sacerdote y únicamente ha perdido temporalmente la facultad de confesar y predicar. Las víctimas consideran que estas medidas son insuficientes y temen que el encubrimiento de la Iglesia continúe si no se presentan denuncias penales. Mientras tanto, la diócesis de Madrid organiza un acto de reconocimiento y perdón a las víctimas de abusos sexuales que tendrá lugar en la explanada de la catedral de La Almudena, el próximo 21 de octubre, buscando avanzar hacia una cultura del buen trato.
La Iglesia de Madrid ha expresado su compromiso de "acoger el clamor de las víctimas", reconociendo que en el pasado no supo protegerlas. No obstante, este reconocimiento no se ha traducido en acciones legales contundentes ni en un apoyo suficiente a las víctimas que demandan justicia. El acto de reconocimiento que se celebrará en octubre pretende ser un paso hacia la reconciliación, pero no basta para las afectadas, quienes esperan acciones concretas y sanciones ejemplares.
La sensación de impunidad sigue presente, y las víctimas consideran que la Iglesia aún tiene una gran deuda pendiente con quienes sufrieron abusos. El desafío sigue siendo pasar de los actos simbólicos a medidas reales que garanticen justicia y protección a las personas vulnerables en el seno de la Iglesia.