Bielorrusia se prepara para celebrar elecciones este domingo en un clima de creciente tensión política y represión. Actualmente, más de 1.200 presos políticos permanecen aislados en las cárceles del país, donde enfrentan maltrato físico y psicológico, un escenario que busca quebrantar su resistencia mental, según denuncian organizaciones de derechos humanos. Estas elecciones se desarrollan bajo la sombra de un gobierno que ha sido acusado de acallar a las voces disidentes y manipular el proceso electoral para mantener su control en el poder. En medio de estas circunstancias, la comunidad internacional observa con preocupación el deterioro de las libertades y los derechos humanos en esta exrepública soviética.
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