La investigación en educación es sumamente compleja, desmintiendo la idea de que se trata de un proceso simple de observar resultados y extraer conclusiones. Este complejo entorno es propicio para la «evidenciología», una aproximación reduccionista que busca simplificar la creación de conocimiento mediante la imposición de dogmas como la falsabilidad y la replicabilidad de experimentos. Sin embargo, ninguno de estos principios es absoluto ni adecuado para todas las ciencias, incluidas las ciencias exactas. Autores tradicionales y teorías diversas, como la de cuerdas, exigen interpretaciones más amplias. La tendencia de la evidenciología a declarar teorías como absolutamente falsas ignora la complejidad de la educación y la necesidad de distintas metodologías, incluyendo las contribuciones filosófico-inductivas de figuras pedagógicas históricas. Simplificar la relación causa-efecto en la educación mediante experimentos positivistas subestima la multifacética realidad de las aulas.
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