Un recluso que cumplía una condena de 24 años de prisión ha fallecido recientemente tras haber sido puesto en libertad anticipada debido a problemas de salud. Las autoridades penitenciarias habían justificado su decisión de excarcelación bajo el argumento de consideraciones humanitarias, dado el delicado estado físico del detenido. La noticia ha generado comentarios en diversos sectores sobre las políticas de liberación por motivos de salud, desatando un debate sobre la necesidad de equilibrar seguridad pública con compasión humanitaria.
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