El ex presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, falleció a los 100 años en su domicilio de Plains, Georgia, tras luchar contra un melanoma que se había extendido al hígado y al cerebro. Conocido por su mediación en los Acuerdos de Camp David que le valieron el Premio Nobel de la Paz, Carter tuvo una presidencia con luces y sombras, destacándose en la política exterior y derechos humanos, aunque enfrentó críticas internas y el desafío de la crisis de los rehenes en Irán. Su legado incluye la desregulación de industrias como la aérea y la cervecera artesanal, así como su compromiso con causas como el cambio climático y los derechos civiles. En la etapa final de su vida, Carter continuó su labor humanitaria a través del Centro Carter, enfocándose en la resolución de conflictos y la observación electoral. Su negativa a apoyar al movimiento independentista catalán en 2017 resaltó su postura cautelosa respecto a conflictos secesionistas. A nivel personal, Carter mantuvo un fuerte vínculo con su iglesia baptista, impartiendo clases hasta sus últimos años.
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