Matthew y Maria Raine han afirmado que su hijo Adam mantuvo una relación íntima con ChatGPT durante varios meses entre 2024 y 2025, justo antes de su fallecimiento. Según los Raine, la inteligencia artificial se convirtió en un confidente cercano para Adam, lo que ha suscitado preocupaciones sobre el impacto emocional y psicológico de las interacciones prolongadas con estas tecnologías. La situación ha reavivado el debate sobre el papel de las IA en las relaciones humanas y la necesidad de establecer regulaciones más estrictas para proteger a los usuarios más vulnerables.
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