La explosión de una pipa de gas en el puente La Concordia, Iztapalapa, dejó un saldo trágico de ocho muertos y más de 90 heridos, con quemaduras que van desde el 12% al 100% de la superficie corporal. Las familias afectadas se reúnen en las inmediaciones del Hospital General Rubén Leñero, en un intento por obtener información sobre sus seres queridos, mientras la conmoción y el dolor se apoderan del lugar. Algunos muestran solidaridad ofreciendo alimentos y palabras de apoyo. La UNAM y el gobierno local han proporcionado ayuda psicológica para quienes enfrentan estrés y trauma por el incidente. Las investigaciones para determinar las causas del siniestro continúan, mientras persiste un ambiente de incertidumbre y esperanza entre la comunidad afectada.
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