A más de dos décadas de su implantación, la figura del recurso preventivo sigue siendo poco conocida en el ámbito empresarial, a pesar de su crucial papel en la prevención de riesgos laborales. Esta figura se estableció en el año 2003 tras una modificación de la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales. A lo largo de los años, su implementación ha buscado proporcionar un enfoque más eficiente y enfocado en la seguridad y salud en el trabajo.
El recurso preventivo es esencial en la supervisión de condiciones de trabajo seguras y saludables, actuando principalmente en situaciones donde los riesgos son más complejos o pueden implicar consecuencias serias para los trabajadores. Sin embargo, muchas empresas aún no comprenden completamente sus funciones específicas y competencias, lo que limita su efectividad en la prevención de accidentes y enfermedades laborales.
En este contexto, es fundamental aumentar la concienciación y formación sobre esta figura, tanto entre empleadores como entre los trabajadores. El recurso preventivo no sólo está encargado de velar por el cumplimiento de las medidas preventivas, sino que su papel también incluye la vigilancia directa en las actividades que puedan plantear riesgos significativos, y asegurar que se cumplen las normativas y medidas de seguridad.
El desconocimiento sobre la verdadera capacidad de acción y las responsabilidades del recurso preventivo podría impedir que las empresas aprovechen al máximo esta herramienta preventiva. Por ello, la Confederación de Empresarios de Andalucía ha destacado la importancia de clarificar y difundir las competencias y responsabilidades asociadas a esta figura clave en la seguridad laboral.
Con el objetivo de fomentar ambientes de trabajo más saludables y seguros, es indispensable que las empresas fortalezcan su estructura preventiva, apostando por una formación integral y un mayor conocimiento del recurso preventivo. Así, se asegura no solo el bienestar de los trabajadores, sino también una mayor eficiencia y productividad en el entorno laboral.
Fuente: CEA.