La Fiscalía de Corea del Sur ha imputado al presidente Yoon Suk-yeol por liderar una insurrección tras declarar ley marcial el 3 de diciembre, una medida sin precedentes históricos en la democracia de la nación. Destituido temporalmente por el Parlamento y enfrentando un juicio político, Yoon ha sido detenido desde el 15 de enero por presuntas conspiraciones con el exministro de Defensa para incitar una insurrección. Las acusaciones incluyen haber desplegado fuerzas militares en el Parlamento para evitar una votación contraria a la ley marcial y planear el arresto de líderes políticos. Pese a su negativa a ser interrogado, la imputación fue decidida antes del fin de su periodo de detención, basándose en el riesgo de destrucción de pruebas, según fiscales. Las acusaciones de abuso de poder fueron desestimadas, mientras la oficina presidencial y el gobernante Partido del Poder Popular han calificado la imputación de injusta. El principal partido de la oposición, sin embargo, ha instado a Yoon a cooperar con las investigaciones judiciales.
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