Una reciente controversia ha sacudido el ámbito de la reproducción asistida tras el descubrimiento de un donante de semen danés asociado con 200 embarazos, quien además portaba una mutación genética en el gen TP53, responsable de una enfermedad genética. Este caso ha suscitado preocupación en la opinión pública sobre la seguridad de los procedimientos de donación de gametos. En respuesta, la Dra. Miren Mandiola, reconocida directora del Laboratorio de Reproducción Asistida del Hospital de Día Quirónsalud Donostia, ha optado por dirigirse a la sociedad con un mensaje tranquilizador.
Mandiola, destacada entre las 50 mejores doctoras de España, subraya que este incidente es un caso aislado y desafortunado. Asegura que en España, los donantes de semen son sometidos a rigurosos protocolos médicos y genéticos. «En nuestro país, los donantes se someten a más exámenes que cualquier pareja en un embarazo natural», afirma. Este marco regulador incluye estudios exhaustivos del historial familiar y pruebas genéticas para identificar enfermedades comunes, asegurando así la salud de la descendencia.
Aunque el control en España es minucioso, Mandiola recuerda que «ningún sistema puede detectar todas las mutaciones posibles». En este sentido, las enfermedades raras pueden eludir las pruebas actuales, lo que lleva a la actualización constante de los paneles genéticos a medida que avanza la ciencia. Aun así, compara con la ausencia de tales evaluaciones en embarazos naturales, resaltando la mayor protección que ofrecen las clínicas reguladas.
Respecto al caso danés, Mandiola explica que el tipo de mutación, un mosaicismo germinal, no es detectable mediante pruebas de sangre y no presentaba antecedentes familiares. Esta condición subraya la importancia de las restricciones en la cantidad de nacimientos permitidos por donante en España, fijada en seis. «En países sin control regulado, el riesgo puede aumentar significativamente», advierte.
Además, Mandiola enfatiza la necesidad de mantener una comunicación clara con los padres en caso de identificar riesgos genéticos en los donantes, para permitir el seguimiento adecuado de la salud de los niños nacidos. La especialista desestima la propuesta de realizar pruebas genéticas a todos los niños concebidos mediante donación, argumentando que esto no se practica ni siquiera en concepciones naturales debido a la imposibilidad de cubrir todas las mutaciones posibles.
Finalmente, Mandiola destaca los avances en genética y tecnología en las últimas dos décadas, que han mejorado la seguridad de la reproducción asistida. Aunque reconoce el miedo generado por la noticia, insiste en que los procedimientos actuales ofrecen garantías importantes frente al embarazo natural.








