El país africano, respaldado por la ONU, está intensificando sus esfuerzos diplomáticos para impulsar su propuesta respecto al conflicto del Sáhara. Aprovechando el apoyo internacional, se prepara para ejercer presión en las negociaciones y obtener beneficios estratégicos. Esta estrategia refleja su intención de fortalecer su posición en un contexto geopolítico complejo, donde busca consolidar sus intereses y garantizar un resultado favorable en las discusiones sobre el futuro de la región.
Leer noticia completa en El Mundo.


