La desnutrición infantil, un problema que afecta a millones de niños en todo el mundo, podría mitigarse significativamente con inversiones adecuadas. Este fue el mensaje central del Programa Mundial de Alimentos (PMA) durante su reciente llamado a la acción en vísperas de la 4ª Cumbre de Nutrición para el Crecimiento, a celebrarse en París. La organización subraya que la emaciación infantil, el grado más severo de desnutrición, es especialmente prevalente en regiones afectadas por conflictos, crisis económicas y desastres climáticos.
Según las cifras actuales, cerca de 33 millones de niños sufren de emaciación en los 15 países más vulnerables. Esta alarmante situación ha llevado a Cindy McCain, directora ejecutiva del PMA, a instar a los líderes mundiales a tomar medidas urgentes para contrarrestar la desnutrición infantil. McCain advierte que, sin una intervención adecuada, millones de niños enfrentan un futuro sombrío de privaciones y sufrimiento.
Para combatir esta crisis, el PMA ha manifestado la necesidad de recaudar 1.400 millones de dólares con el fin de implementar programas eficaces de prevención y tratamiento de la desnutrición infantil. Estos esfuerzos permitirían apoyar a más de 30 millones de madres e hijos en 56 países para el año 2025.
El año pasado, enfrentándose a una preocupante escasez de fondos, la organización internacional logró prevenir la emaciación de 13,8 millones de madres e hijos mediante la distribución de alimentos enriquecidos y suplementos. De igual manera, 14 millones de personas se beneficiaron de programas de emergencia, lo que refleja la eficacia de las acciones del PMA pese a las limitaciones financieras.
Uno de los aspectos críticos enfatizados por el PMA es el apoyo nutricional para mujeres embarazadas, ya que la desnutrición a menudo comienza durante el embarazo y es responsable de cerca de la mitad de las muertes en niños menores de cinco años. Los niños que sobreviven a la desnutrición enfrentan riesgos significativos de desarrollo físico y cognitivo, lo que resalta la importancia de intervenciones tempranas.
Al abordar estas cuestiones en la cumbre, Cindy McCain sostuvo que la reunión es una oportunidad crucial para asegurar un futuro mejor para millones de niños afectados por la desnutrición. También hizo un llamamiento a gobiernos y donantes para intensificar los esfuerzos en este ámbito. Sin embargo, señaló que el PMA ha tenido que priorizar el tratamiento de la desnutrición, relegando la prevención debido a las limitaciones de recursos.
Las repercusiones económicas de la desnutrición son profundas, ya que se estima que los países de ingresos bajos y medios pierden un promedio del 10% de su PIB a causa de este problema. Escenarios críticos, como los de Yemen y Sudán, ya están evidenciando la falta de asistencia debido a los recortes de fondos, lo que agrava la vulnerabilidad de sus poblaciones.
En Haití, por ejemplo, se necesitan urgentemente 3,9 millones de dólares para asegurar la continuidad del Servicio Aéreo Humanitario de la ONU, esencial en la entrega de ayuda humanitaria. La falta de financiación amenaza con interrumpir programas básicos de asistencia, exacerbando la crisis humanitaria en regiones donde la necesidad es apremiante.
