La gigante Starship de SpaceX, el cohete más poderoso construido hasta la fecha, enfrentó un significativo revés tras explotar durante una prueba de encendido estático en Starbase, Texas. Este incidente se dio en preparación para su décimo vuelo de prueba, un paso crucial en el ambicioso plan de Elon Musk de fomentar viajes interplanetarios. A pesar del accidente, que generó una gran bola de fuego y humo, SpaceX aseguró que no hubo heridos gracias a las medidas de seguridad implementadas. Este evento añade más desafíos al objetivo de Musk de establecer bases en la Luna y Marte, aunque cada prueba sigue aportando datos esenciales para el perfeccionamiento del cohete.
Leer noticia completa de Internacional en El Independiente.