El juicio por las violaciones de Mazan ha generado un profundo impacto en la sociedad francesa, revelando las fallas en la lucha contra las agresiones sexuales y sacudiendo los cimientos legales del país. Dominique Pelicot, un jubilado francés, drogó y ofreció a su esposa a más de 50 hombres para que la violasen, lo que ha generado gran conmoción. El nuevo ministro de Justicia, Didier Migaud, ha planteado la necesidad de modificar la definición de violación en el derecho francés para incluir la noción de consentimiento explícito, siguiendo el ejemplo de países como Suecia y España. Este caso se distingue por la decisión de Gisèle Pelicot de abrir el juicio al público, lo que ha aumentado la conciencia social y ha resaltado deficiencias en la detección de agresiones sexuales y la sumisión química por parte del sistema de salud francés.
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