Desde que Estados Unidos inició la fracturación hidráulica en 2008, ha duplicado su producción de gas natural, transformando su déficit comercial en un excedente significativo. Este aumento llevó al país a convertirse en un líder mundial en exportación de gas natural licuado (GNL), especialmente hacia Europa, tras el conflicto ruso-ucraniano que impulsó a la Comisión Europea a reducir su dependencia del gas ruso. A pesar del alto costo del GNL y la técnica de extracción prohibida en la UE, la estrategia de Estados Unidos ha generado ingresos sustanciales, fomentando un mercado financiero similar al del petróleo. Las tensiones geopolíticas han consolidado el papel de EE.UU. como un proveedor clave para Europa.
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