Călin Georgescu, una figura emergente en el escenario político rumano, ha desencadenado controversia con su candidatura presidencial, apoyada por el movimiento MAGA y bajo la sombra de una investigación por financiación rusa. Después de ser interrogado por la Fiscalía por cargos de actividades inconstitucionales y creación de una organización fascista, Georgescu, a quien se le prohibió salir del país, ha polarizado la sociedad rumana y puesto bajo tensión su democracia. Su campaña, comparable en estrategia a la del Brexit, ha exacerbado divisiones al explotar preocupaciones electorales y señalar la corrupción rampante en Rumanía. Figuras destacadas de MAGA, como Elon Musk, han criticado los procesos judiciales en su contra, señalando una aparente desconexión con los valores democráticos europeos. Mientras tanto, la posición geopolítica crucial de Rumanía dentro de la OTAN y el creciente apoyo a líderes extremistas desde Estados Unidos, subrayan los riesgos de una posible llegada de Georgescu a la presidencia, lo que podría impactar negativamente la estabilidad en el flanco oriental de Europa. Expertos advierten sobre el peligro de su figura como «líder salvador» que podría amenazar el orden europeo y la cohesión interna de la UE.
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