El colaborador del programa La Roca, Gonzalo Miró, ha generado controversia con sus contundentes críticas hacia la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez (MAR), respecto al escándalo judicial que envuelve al novio de Ayuso, Alberto González Amador. El caso, que implica una investigación por supuesta revelación de secretos al fiscal general del Estado, ha despertado un intenso debate tanto político como mediático.
Durante su intervención, Miró arremetió contra las «artes políticas» de Rodríguez, denunciando presuntas manipulaciones mediáticas y políticas en torno al caso. Según Miró, Rodríguez parecía tener conocimiento previo sobre la imputación del fiscal general, lo que ha suscitado sospechas sobre la posible implicación del entorno de Ayuso en la filtración de información. El colaborador insistió en que el verdadero foco del debate debería estar en los delitos presuntamente cometidos por González Amador, y no en las investigaciones colaterales.
Miró fue más allá, lanzando una advertencia sobre el futuro político del Partido Popular (PP) y sugiriendo posibles prácticas corruptas cuando el PP recupere el poder. Su análisis, que recuerda el caso de Pablo Casado y su salida de la dirección del PP tras denunciar corrupción dentro del partido, resaltó la tendencia de atacar a los denunciantes en lugar de a los verdaderos culpables.
Este discurso no solo encendió el debate en medios de comunicación, sino que también provocó una fuerte reacción en redes sociales, donde Miró recibió elogios por su claridad y valentía al exponer lo que considera una estrategia manipuladora por parte de Ayuso y su equipo. Sus palabras resonaron con aquellos que perciben el caso de González Amador como un reflejo de problemas más profundos en la política española.
Miró pidió un enfoque más transparente y ético para abordar este escándalo, instando a que la atención se centre en los hechos y no en narrativas políticas impuestas que desvían el propósito de la justicia. Mientras el debate continúa en la arena pública, la intervención de Miró ha marcado un punto crucial en la discusión sobre ética y transparencia en la política actual.