En un controvertido movimiento característico de sus políticas «America First», Donald Trump, al iniciar su segundo mandato como presidente de Estados Unidos, ha ordenado el cambio de nombre del Golfo de México, ahora rebautizado como Golfo de América, y ha restituido el nombre de Monte McKinley al pico más alto de América del Norte, decisiones que Google se encargará de reflejar en sus mapas. Estas acciones, justificadas por Trump como un homenaje a la «grandeza estadounidense», han causado revuelo, especialmente en México, dada la historia de tensiones entre ambos países. Las medidas son vistas por algunos como una provocación y surgen en un contexto donde el Golfo es crucial para la economía estadounidense. Mientras Trump defiende sus decisiones argumentando un control económico y de seguridad, las opiniones en México son de desaprobación hacia este tipo de nacionalismo simbólico.
Leer noticia completa de Internacional en El Independiente.