Austria está tratando de recuperar la normalidad tras el shock del tiroteo que dejó diez muertos en un instituto en Graz. Arthur A., un exalumno de 21 años, perpetró el ataque con un arma larga y una pistola, dejando una carta de despedida y una bomba casera en su domicilio. Este evento se suma a una serie de tiroteos escolares recientes en Europa, recordando episodios trágicos como el de Dunblane en 1996 y otros en países como Alemania, República Checa y Serbia. En Francia, otro incidente violento se registró cuando una vigilante fue apuñalada por un estudiante en un control de mochilas.
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