El estilo de juego propuesto por Johan Cruyff, que busca involucrar a un portero hábil con los pies para iniciar el juego desde atrás, ha dejado una marca indeleble en el fútbol moderno. Aunque inicialmente encontró resistencia y presentó desafíos, como se evidenció con el portero Carlos Busquets en el Dream Team de Cruyff, esta estrategia se solidificó a partir de 1990 tras el cambio de regla que prohibía a los porteros recoger con las manos las cesiones de sus compañeros. Hoy, la capacidad de un portero para manejar el balón con los pies se considera crucial, aunque no está exenta de riesgos. Errores recientes en clubes como Benfica y Salzburgo demuestran que, si bien esta táctica puede generar ventajas ofensivas, también puede conducir a errores costosos. La discusión sobre el equilibrio entre el riesgo y la recompensa sigue vigente, con la mayoría de entrenadores optando por la salida ordenada con el guardameta como pieza clave, pese a los goles ocasionalmente regalados en el proceso.
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