Diez días después del inicio del asalto a Ciudad de Gaza, las tropas israelíes, con blindados, avanzan hacía el centro, enfrentándose a la resistencia de Hamás que emplea tácticas de guerrilla. La intervención, que busca una «victoria total» según el gobierno de Netanyahu, enfrenta crecientes desafíos humanitarios y políticos. La población civil permanece atrapada, mientras ataques sorpresa y el uso de túneles por parte de Hamás complican la operación israelí. Internamente, la resistencia y acciones de Hamás, junto con la presión política y los costos humanitarios, presentan obstáculos significativos para el plan de control prolongado de Israel en la región.
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