En mayo, con la primavera en pleno apogeo, los jardineros tienen en sus manos la oportunidad ideal para llevar a cabo una de las tareas más importantes en el cuidado del jardín: la poda. Este mes se presenta como el momento adecuado para garantizar un crecimiento saludable y una floración exuberante en diversas plantas.
Entre las especies que requieren atención especial se encuentran los rosales. Después de su floración inicial, es crucial realizar una poda adecuada para estimular nuevas brotaciones. Eliminar las ramas muertas y flores marchitas asegura una continua producción floral y un crecimiento vigoroso.
Las hortensias son otro grupo que se beneficia enormemente de la poda en mayo. Recortar las ramas que han completado su ciclo favorece el brote de nuevos tallos, prometiendo una floración más plena en la próxima temporada. Asimismo, plantas perennes como las tijeretas y margaritas deben ser podadas para mantener su forma y fomentar una floración continua durante el verano.
No pueden quedar fuera los arbustos, como el jazmín y la lavanda. Un recorte oportuno evita que estos se tornen leñosos y desordenados. La poda adecuada en este mes no solo mejora la apariencia estética, sino que también facilita la circulación de aire, minimizando el riesgo de enfermedades.
Los expertos aconsejan usar herramientas limpias y bien afiladas para no dañar las plantas, reduciendo así el riesgo de infecciones. Además, el clima también juega un papel crucial; un día seco es ideal para estas labores.
Al concluir este periodo de poda, el jardín estará listo para florecer con fuerza, permitiendo que cada especie dé lo mejor de sí. Así, mayo se consolida como un mes clave para quienes aspiran a tener un jardín saludable y vibrante.
