Retomar una alimentación equilibrada tras las vacaciones se ha convertido en un desafío común para muchos, dado el retorno a la rutina y los excesos veraniegos. Quirón Prevención, referente en la prevención de riesgos laborales, subraya la importancia de la planificación y la constancia como claves para una transición exitosa. Aseguran que cuidar la dieta no solo mejora el bienestar general, sino que también tiene un impacto positivo en el rendimiento laboral y la calidad de vida.
Ana Fraile Oliva, nutricionista especializada en entornos laborales, explica que es usual sentir cierta apatía al volver a una alimentación equilibrada tras el verano. Según Fraile, el desajuste en los hábitos alimenticios y de sueño durante las vacaciones puede complicar la vuelta a la normalidad. “La falta de sueño”, añade, “afecta no solo la energía y la concentración, sino también el apetito, provocando cambios fisiológicos que incrementan la ingesta calórica y la acumulación de grasa”.
Un método eficaz para afrontar este reto es establecer horarios de comidas que sean realistas, respetando el ciclo natural de cada persona. Fraile recomienda estructurar entre cuatro y cinco comidas al día, incorporando frutas y verduras preparadas con antelación para facilitar su consumo.
La planificación semanal surge como una herramienta esencial. Elaborar un menú y adquirir solo lo necesario evita caer en la tentación de improvisaciones poco saludables. Fraile aconseja disponer siempre de opciones como chocolate negro, frutos secos o frutas deshidratadas para saciar antojos de manera más saludable. Preparar los alimentos durante el fin de semana permite tener comidas listas para los días laborales, aliviando el estrés diario.
Para las cenas, se sugiere optar por preparaciones sencillas pero nutritivas. “Un sándwich de pan integral con verduras braseadas y hummus, pollo con queso fresco o una sopa fría”, son alternativas recomendadas por Fraile, fáciles de preparar de antemano.
Con ajustes simples en la rutina, constancia y una adecuada planificación, retomar hábitos alimenticios saludables tras las vacaciones puede ser más accesible de lo que a menudo se piensa. Fraile insiste en que estos cambios, aunque pequeños, marcan una gran diferencia en la salud y el bienestar a largo plazo.
