Limpiar el horno y el microondas puede parecer una tarea desafiante, pero con ingredientes simples y un método efectivo, es posible obtener resultados sorprendentes. El bicarbonato de sodio es un aliado crucial en esta labor, gracias a sus propiedades abrasivas y desodorizantes. Aquí se presenta una guía paso a paso para limpiar ambos electrodomésticos usando este ingrediente común.
Para comenzar, asegúrate de tener bicarbonato de sodio, agua, un recipiente, un paño limpio y una esponja. En el caso del horno, mezcla una taza de bicarbonato de sodio con agua en un recipiente hasta formar una pasta espesa. Retira las bandejas y rejillas del horno y aplica la pasta en las superficies interiores, concentrándote en las áreas más sucias y con restos de comida quemada.
Deja que la pasta actúe durante al menos 12 horas; lo ideal es dejarla toda la noche. Esto permitirá que el bicarbonato se adhiera a la grasa y residuos, facilitando su eliminación. Pasado el tiempo, utiliza un paño húmedo o una esponja para retirar la pasta, enjuagando el paño con frecuencia. Para las manchas persistentes, es posible que necesites frotar un poco más.
El proceso para el microondas es igual de sencillo. Llena un recipiente apto para microondas con agua y una o dos cucharadas de bicarbonato. Coloca el recipiente dentro y caliéntalo a temperatura alta durante cinco minutos. El vapor generado ablandará la grasa y los residuos.
Después, espera un minuto antes de abrir la puerta. Con un paño limpio o una esponja, limpia las superficies internas. Las manchas y restos deberían desprenderse con facilidad gracias al vapor y al bicarbonato.
Finalmente, limpia el exterior de ambos electrodomésticos con un paño húmedo y un jabón suave, secando bien para evitar marcas. Siguiendo estos pasos, habrás conseguido un horno y microondas limpios, utilizando un método amigable con el medio ambiente y económico. Mantener estos electrodomésticos impecables no solo mejora su apariencia, sino que también prolonga su vida útil y garantiza un funcionamiento óptimo.
