Mantener el interior del horno limpio es esencial para asegurar tanto la seguridad como la eficiencia en la cocina. Con simples pasos, se puede lograr una limpieza profunda sin comprometer el aparato.
Para comenzar, es vital desconectar el horno de la corriente eléctrica, garantizando así la seguridad. Luego, se puede crear una pasta de bicarbonato de sodio y agua, perfecta para eliminar la grasa y la suciedad gracias a sus propiedades abrasivas suaves.
Al aplicar la pasta sobre las áreas sucias, se debe dejar actuar durante al menos 30 minutos. Posteriormente, una esponja húmeda o un paño suave servirán para limpiar las superficies tratadas, asegurando la eliminación de todos los restos de mezcla.
Para las áreas más difíciles como la puerta del horno y las rejillas, una solución de vinagre blanco y agua es muy efectiva. Al pulverizar esta mezcla, el vinagre descompone la grasa acumulada. Después de unos minutos, pasar una esponja logrará un brillo renovado.
Es importante evitar productos químicos agresivos y estropajos metálicos, ya que pueden dañar el acabado. La clave es una limpieza regular, al menos cada dos semanas, para evitar la acumulación de suciedad.
Finalmente, dejar la puerta del horno abierta permite un secado eficiente. Siguiendo estos consejos, mantener el horno limpio se convierte en una tarea sencilla, mejorando la estética y el rendimiento del electrodoméstico. Un mantenimiento adecuado no solo embellece el espacio, sino que también optimiza la cocción y prolonga la vida útil del horno.








