El inicio del calendario presupuestario marca un punto de no retorno al descartar definitivamente la posibilidad de tener nuevas cuentas este año. Este avance en el proceso financiero indica que no se realizarán ajustes ni se presentarán cambios presupuestarios adicionales, enfocando los esfuerzos en la planificación futura. La decisión tiene implicaciones significativas para la gestión económica, ya que fija las prioridades gubernamentales y establece el marco de actuación en el ámbito fiscal.
Leer noticia completa en El Mundo.