El alto el fuego en la Franja de Gaza ha evidenciado la resiliencia de Hamás, que, pese a las pérdidas humanas y de infraestructura sufridas en el conflicto con Israel, continúa ejerciendo un férreo control sobre el territorio. Las Brigadas al Qasam mantienen su presencia militar activa, lo que destaca la dificultad de Israel para desmantelar completamente la organización. A pesar de las estimaciones de miles de muertos entre sus filas, Hamás ha demostrado su capacidad para reclutar nuevos combatientes, fortaleciendo su estructura en medio del vacío político y la falta de un plan post-bélico viable. La reconstrucción de Gaza, aún pendiente, se ve ensombrecida por la persistencia del grupo islamista, considerado un reflejo de la frustración palestina frente a la ocupación israelí. Las tensiones internacionales subrayan la necesidad de un enfoque más estratégico para lograr una paz duradera en la región.
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