Elon Musk ha emergido como un destacado aliado de la campaña republicana liderada por Donald Trump, empleando su influencia y perfil en redes sociales para impulsar al candidato y criticar a la demócrata Kamala Harris. En contraste, otros gigantes tecnológicos como Reed Hastings de Netflix y líderes de fondos de inversión apoyan a Harris. Este desalineamiento refleja un cambio en el sector tecnológico, históricamente asociado al progreso y los demócratas, mientras las restricciones antimonopolio y propuestas fiscales del gobierno de Biden generan tensiones. En una contienda reñida, Harris busca afianzar el respaldo de Silicon Valley, vital para su posible ascenso a la presidencia.
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