La frustración de la afición del Valencia CF alcanzó un punto crítico tras la derrota del equipo ante el Rayo Vallecano, que los mantiene penúltimos en la clasificación de la Liga. A la salida del partido, un grupo de aficionados se manifestó fuera del estadio Mestalla, abucheando a la directiva, cuerpo técnico y jugadores. La situación se tornó tensa cuando seguidores persiguieron el coche del entrenador Rubén Baraja y pidieron su dimisión con cánticos de «Pipo, vete ya». Baraja, firme en su posición, rechazó la idea de abandonar el club, reafirmando su compromiso de cambiar la situación. Frente a los medios, enfatizó la necesidad de mantenerse tranquilos y trabajar para sumar puntos, a pesar de reconocer que el camino sería complicado. En el postpartido, también se escucharon consignas exigiendo la salida de la directiva, mientras la tensión entre la afición y el club sigue en aumento.
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