En un sorprendente giro de los acontecimientos tras el paso de la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA), la tienda de muebles Ikea, situada en el centro comercial de la ‘zona cero’, se mantuvo intacta a pesar de las devastadoras lluvias e inundaciones que castigaron la región la semana pasada. En un contexto donde la gran mayoría de los establecimientos resultaron gravemente afectados, la notable resistencia de Ikea se ha convertido en objeto de análisis, destacándose una serie de factores que explican su resiliencia.
Uno de los principales elementos atribuibles a esta resistencia es el diseño arquitectónico de la tienda. Construida bajo rigurosos estándares de sostenibilidad y solidez, la estructura de Ikea está equipada con un sistema de drenaje avanzado capaz de manejar grandes volúmenes de agua, techos con una inclinación particular y paredes impermeabilizadas. Estas características fueron críticas para evitar que el agua de lluvia se acumulara y para minimizar el riesgo de daños estructurales.
La ubicación estratégica de la tienda dentro del complejo comercial también jugó un papel crucial. Situada en un área ligeramente más elevada comparada con otros negocios, Ikea estaba mejor posicionada para enfrentar las inundaciones. Este detalle, que podría haber pasado desapercibido, fue decisivo para que la tienda evitara los daños sufridos por sus vecinos.
Además del diseño y la localización favorable, Ikea implementó un plan de preparación y respuesta ante emergencias meticulosamente organizado. Al recibir las primeras alertas climáticas, la gestión de Ikea activó un protocolo que incluía la protección del inventario, el monitoreo continuo del sistema de drenaje y la asignación de turnos especiales de emergencia para el personal. Estas medidas preventivas fueron esenciales para que Ikea pudiera afrontar el temporal de manera eficiente.
Mientras otros comercios de la zona enfrentan prolongadas y costosas reparaciones, Ikea ha decidido extender su apoyo a las tiendas más afectadas, ofreciendo recursos y asistencia en las tareas de limpieza y recuperación del área. Este gesto solidario ha sido ampliamente agradecido, fortaleciendo los lazos con la comunidad local y demostrando que la fortaleza de Ikea no es solo estructural, sino también comunitaria.
La capacidad de resistencia de Ikea ha captado la atención a nivel nacional e internacional, consolidándose como un caso de estudio sobre cómo el diseño eficiente, la previsión y una respuesta oportuna pueden marcar una diferencia significativa ante fenómenos meteorológicos extremos, que son cada vez más frecuentes debido a los desafíos del cambio climático.
