Las tensiones comerciales entre Washington y Pekín han provocado un desplome significativo en las exportaciones de dispositivos Apple hacia Estados Unidos, obligando a la multinacional tecnológica a replantear su estrategia logística a nivel global.
Un reciente informe revela que los envíos de iPhones y otros dispositivos desde China a Estados Unidos han disminuido un 72 % en el último mes, cayendo a un valor de apenas 700 millones de dólares. Esta caída contrasta con un descenso general del 21 % en las exportaciones chinas hacia el mercado estadounidense.
La reinstauración de aranceles comerciales por parte del expresidente Donald Trump ha resurgido como una de las causas principales de esta crisis. Sus políticas buscan impulsar la producción nacional y reducir la dependencia tecnológica de China, destacando especialmente la imposición de aranceles de hasta el 145 % sobre productos tecnológicos de origen chino. Este panorama afecta de lleno a Apple, cuyas operaciones de producción aún dependen considerablemente de China.
En respuesta a esta situación, Apple ha comenzado a reorientar parte de su producción hacia India, donde los costes y el entorno regulatorio son más favorables. La producción de iPhones en India ha experimentado un aumento del 60 % interanual, alcanzando un valor de 22.000 millones de dólares. A pesar de esta estrategia, Donald Trump también ha criticado la deslocalización hacia India, instando a empresas como Apple a establecer fábricas en Estados Unidos para atender las necesidades del sector tecnológico interno.
Tim Cook, CEO de Apple, abordó la situación recientemente y señaló que diversificar la cadena de suministro es una prioridad, destacando los riesgos de concentrar toda la producción en un solo lugar. A pesar de los esfuerzos por diversificar, la dependencia de Apple respecto a China sigue siendo significativa. La capacidad industrial y acuerdos a largo plazo con proveedores chinos complican una reubicación total de la producción.
Mientras Apple intenta adaptarse a las nuevas condiciones geopolíticas, enfrenta el reto de reconfigurar su modelo de producción sin comprometer plazos, calidad ni costes. La expansión en India es un paso hacia este objetivo, pero la presión desde Washington para que invierta en suelo estadounidense podría alterar nuevamente la planificación de la empresa.
En un escenario de proteccionismo comercial y creciente incertidumbre global, Apple debe equilibrar intereses políticos, costes operativos y expectativas del mercado, mientras mantiene su liderazgo tecnológico. El impacto económico de estas medidas ya es evidente, planteando la pregunta de si otras grandes tecnológicas seguirán un camino similar, o si el modelo de producción global está comenzando a disgregarse.