La violencia que afecta a millones de mujeres en sus propios hogares no solo viola sus derechos fundamentales, sino que también expone a sus hijos a situaciones insostenibles, según un reciente informe de UNICEF. Este documento revela que uno de cada cuatro niños en el mundo —equivalente a aproximadamente 610 millones— vive con una madre que ha experimentado violencia física, emocional o sexual por parte de su pareja en el último año.
Las cifras alarmantes reflejan que la violencia doméstica, muchas veces invisible, se ha normalizado en numerosos hogares, amenazando el desarrollo y el bienestar infantil. Simultáneamente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) divulgó nuevas estimaciones globales que indican que más del 10% de las mujeres de 15 años o más sufrieron violencia física o sexual por parte de su pareja en el último año.
Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF, subrayó la urgencia de abordar esta problemática, destacando que la seguridad y autonomía de las mujeres son cruciales para el bienestar infantil. Russell enfatizó que millones de mujeres y niños están atrapados en entornos donde la violencia es parte de su rutina diaria.
El informe de UNICEF, por primera vez, proporciona datos regionales sobre la exposición infantil a la violencia de pareja, mostrando notables diferencias a nivel mundial. Oceanía emerge como la región más afectada, con más de la mitad de los niños —aproximadamente 3 millones— viviendo en hogares donde la madre ha sido víctima de violencia de pareja en el último año. En África subsahariana, esta incidencia afecta al 32% de los niños, sumando 187 millones de infantes que experimentan esta realidad. Asia Central y Meridional presentan un 29% de exposición infantil a estas condiciones.
En América Latina y el Caribe, la situación es preocupante, con el 19% de los niños —un total de 35 millones— enfrentando entornos similares. Aunque la prevalencia es menor en comparación con otras regiones, el número absoluto impone un significativo reto a los sistemas de protección y políticas públicas de la región.
UNICEF subraya que la violencia contra las mujeres trasciende a las víctimas directas. Investigaciones múltiples indican que los niños en contextos donde sus madres son maltratadas tienen un riesgo mayor de experimentar violencia física o psicológica. Esto compromete su salud mental y la capacidad de formar relaciones saludables en el futuro, además de aumentar la probabilidad de que perpetúen patrones de violencia.
Frente a la gravedad de la situación, UNICEF insta a los gobiernos a desplegar estrategias integrales para combatir la violencia contra mujeres y niños. Las recomendaciones incluyen la expansión de servicios para sobrevivientes, la inversión en programas de prevención y la transformación de normas sociales que perpetúan la desigualdad y la violencia.
Por último, UNICEF recalca que la violencia en el hogar es una emergencia global que impacta el presente y el futuro de millones de infantes en todo el mundo. La organización destaca la necesidad de una acción coordinada, sostenida y basada en evidencia para romper este cíclico problema que afecta a generaciones enteras.








