El temor a las deportaciones masivas bajo la administración de Donald Trump ha llevado a muchos inmigrantes indocumentados en Estados Unidos a evitar lugares públicos, lo que afecta negativamente a sectores económicos como la agricultura y la hostelería. En California, se reporta una reducción significativa de trabajadores en la cosecha de cítricos, lo que podría provocar un aumento en los precios de estos productos. En Chicago, las redadas inminentes generan miedo entre trabajadores que optan por no asistir a sus empleos, impactando la economía local. Los empleadores y expertos advierten que estas acciones podrían disparar la inflación y causar la pérdida de mano de obra crítica, mientras que las medidas antiinmigrantes de Trump son calificadas como un ataque a las comunidades inmigrantes, provocando un «terror sin precedentes». Pese a ello, el sentimiento público en su mayoría favorece encontrar formas para legalizar a estos trabajadores que contribuyen significativamente al país.
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