Estados Unidos y la Unión Europea han alcanzado un acuerdo comercial que, aunque no beneficia significativamente a Europa, evita un daño mayor. El pacto impone un arancel del 15% a la mayoría de bienes europeos en EE.UU., sin reciprocidad, generando descontento. El presidente español, Pedro Sánchez, y sectores económicos como el vino y el aceite señalan los retos que enfrentarán, llamando a medidas de apoyo. España, con menos dependencia comercial de EE.UU., prevé un impacto limitado en su economía, pero crítico en exportaciones específicas. A pesar del alivio por evitar conflictos mayores, líderes europeos lamentan la desigualdad del pacto, pendiente de detalles, y mantienen cautela ante futuras negociaciones.
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