Un estudio reciente realizado por la Universidad de Nottingham ha puesto de relieve los beneficios medioambientales de las dietas vegetales para perros, en comparación con las que incluyen carne. Publicado en la revista Frontiers in Sustainable Food Systems, el trabajo analiza el ciclo de vida de 31 alimentos secos para caninos, destacando que las opciones basadas en plantas son considerablemente más sostenibles.
Los resultados revelan que los alimentos vegetales producen solo 2,82 kg de CO₂ equivalente por cada 1000 kcal, frente a los 31,47 kg generados por las dietas de carne de vacuno. Asimismo, se requiere menos tierra y agua para su producción: 2,73 m² de terreno y 249 litros de agua dulce, comparados con los 102,15 m² y 575 litros necesarios para la producción de carne de vacuno.
A lo largo de una vida promedio de nueve años, un labrador de 20 kg alimentado con dieta vegetal necesitaría 8964 m² de tierra y generaría emisiones como 2,8 vuelos entre Londres y Nueva York. En contraste, el mismo perro alimentado con carne de vacuno requeriría 334,851 m² de tierra, con emisiones equivalentes a 31,3 vuelos.
El estudio resalta la importancia de considerar el impacto ambiental de la alimentación animal, particularmente en un contexto de aumento global en la tenencia de mascotas. Incrementar el uso de ingredientes vegetales es un enfoque viable para reducir la huella ecológica, la contaminación por nutrientes y el estrés hídrico sin perder valor nutricional.
Pese a que algunos defienden que los subproductos cárnicos son más sostenibles, el estudio muestra que tienen un impacto ambiental elevado. Sumándose a investigaciones anteriores, estos hallazgos sugieren que una dieta vegana balanceada para perros podría contribuir significativamente a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El profesor Andrew Knight enfatiza que aumentar los ingredientes de origen vegetal en la alimentación de mascotas podría ser clave para alinear el cuidado animal con la responsabilidad ambiental.