Entre 2018 y 2019, Surrey, al sur de Inglaterra, experimentó más de cien pequeños terremotos, a pesar de no ser una zona sísmica habitual. El científico Matthew Fox, de la University College London, investigó si estos sismos podrían estar relacionados con la extracción de petróleo en la planta de Horse Hill. El estudio, publicado en Geological Magazine, encontró una correlación temporal entre el bombeo de petróleo y los temblores, aunque no se descarta la coincidencia. Las extracciones pueden alterar el equilibrio geológico, generando tensiones que se liberan en forma de terremotos. Los investigadores han sugerido implementar sistemas de monitoreo sísmico, mientras que las autoridades revocaron un permiso para perforaciones futuras.
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