Los rumiantes son responsables del 30% de las emisiones globales de metano, agravando el cambio climático con un gas que es 25 veces más potente que el CO₂. Investigaciones recientes del CSIC y otras instituciones han probado dietas con algas marinas para reducir estas emisiones hasta en un 40%, utilizando especies como Himanthalia elongata y Fucus vesiculosus que contienen florotaninos, antioxidantes eficaces. Sin embargo, la mitigación no será suficiente para cumplir los objetivos climáticos de 2050. A pesar del potencial de estas estrategias, ajustar dosis es crucial para evitar efectos adversos en los animales, y se requieren experimentos más complejos para evaluar su eficacia a largo plazo.
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